Aprender a ganar es más difícil que acostumbrarse a perder, es algo que a lo largo del tiempo hemos vivido los Colombianos despues de gestas como las de la selección Colombia en sus clasificaciones a 3 mundiales consecutivos, o de Atlético Nacional y Once Caldas cuando ganaron la Copa Libertadores, y muchos logros más a nivél futbolístico que nos muestran que tenemos potencial para ganar cosas importantes, pero no se mantiene una mentalidad que haga que estos triunfos se sostengan o se refrenden en el tiempo.
La fecha número 8 del rentado Colombiano dejó como resultado el primer triunfo del Envigado Fútbol Club en el torneo, que de paso lo dejó a un punto de safar el fantasma de la promoción y una ventaja de 7 puntos sobre su rival en el descenso directo (Cortuluá). Para llegar a esta sufrida victoria, tuvieron que pasar 5 derrotas de la era Pedro Sarmiento y se tuvo que recurrir a una estrategia similar a la de Josep Guardiola en el Barcelona, la de la utilización de videos de motivación de los cuales hicieron parte los familiares de los jugadores. No hace falta ver mucho más allá que las celebraciones de los jugadores Naranjas al convertir los goles para darse cuenta que en el partido que los enfrentó al Real Cartagena se estaba jugando más que con los pies, utilizando el corazón y el alma en cada jugada, y que la motivación previa al encuentro surtió el efecto esperado por parte del timonel Envigadeño. Pero hay que remarcar que este es apenas un pequeño paso en la lucha del Envigado por safar el fantasma del descenso, la lucha ahora es cada fin de semana para cambiar la mentalidad de un equipo que a diferencia de un Huila, Chicó o Equidad, nunca ha podido desprenderse de la imágen de chico, impidiendo redondear las que, aunque pocas, han sido muy buenas campañas en el pasado.
Este problema de mentalidad ha afectado a todos los equipos a nivel nacional, basta poner ejemplos como los del Junior, que después de salir campeón hace poco menos de 3 meses, y con la misma nómina se encuentra en una crisis de resultados que nos lleva a pensar que juegan como el que ya cumplió el objetivo y no necesita nada para refrendarlo. También vemos a un Independiente Medellín, que cuenta con grandísimos jugadores, y con la extracción de Jackson, Bobadilla, y sobre todo de Leonél Álvarez, no ha logrado engranar de buena forma en este semestre la actitud ganadora que mostraba en temporadas pasadas, y que admirábamos, tanto los que seguían a este equipo, como los que al otro lado de la tribuna lo sufrimos en varios clásicos. Y ni que decir de Atlético Nacional, un equipo que redondeó un perfecto año 2007 y se llenó de burguesía en el plantel, de inconformismo hacia la dirigencia por evitar salidas al extranjero en malos negocios de algunos de los gestores del bicampeonato; y un conformismo que tiene a este equipo en una sequía, no tanto de títulos, sino de identidad y empatía con la hinchada.
Ahora vemos en nuestra selección Colombia a un Leonel Álvarez, ídolo del verdadero Hincha verde y de la fanaticada Roja, dando declaraciones que ciertas personas tildan de exageradas, al hablar de que Colombia debe ir comprando desde ya los tiquetes para Brasil 2014, y esto no puedo catalogarlo más que de la verdadera actitud que debe tener el jugador nacional si es que algún día queremos lograr algo a nivel futbolístico. ¿Acaso los Brasileros o los Argentinos no se sienten los mejores antes y durante los campeonatos que disputan?, ¿Acaso se ganó algo cuándo dijimos que no podíamos?. Leonel Álvarez, en mi concepto, fue la mejor decisión que la federación colombiana tomó para complementar la experiencia de Hernán Darío Gómez, por que además de conocedor de fútbol, le imprime al balompié su sello como motivador y como modificador de realidades como la del Medellín que encontró de último en la tabla y lo llevó de una vez al título más imponente de cualquier equipo, desde aquel conseguido por Nacional en el 2005.
Al igual que muchos Colombianos, de esos que no meten el regionalismo ni el ser hincha para opinar, yo quisiera ver al jugador de la selección Colombia con la actitud del Medellín de Leonel, un equipo que miraba en el buen sentido de la palabra, a los rivales por encima del hombro, no por considerarlos inferiores, sino por saberse superior, por creer ciegamente en el sistema al cual apostaban.
Hoy enfrentando a México, espero, como millones de Colombianos, que se le siga apostando más al cambio de mentalidad, que a la táctica como estrategia para llegar al mundial de Brasil 2014. Esa es la apuesta que considero correcta.
La fecha número 8 del rentado Colombiano dejó como resultado el primer triunfo del Envigado Fútbol Club en el torneo, que de paso lo dejó a un punto de safar el fantasma de la promoción y una ventaja de 7 puntos sobre su rival en el descenso directo (Cortuluá). Para llegar a esta sufrida victoria, tuvieron que pasar 5 derrotas de la era Pedro Sarmiento y se tuvo que recurrir a una estrategia similar a la de Josep Guardiola en el Barcelona, la de la utilización de videos de motivación de los cuales hicieron parte los familiares de los jugadores. No hace falta ver mucho más allá que las celebraciones de los jugadores Naranjas al convertir los goles para darse cuenta que en el partido que los enfrentó al Real Cartagena se estaba jugando más que con los pies, utilizando el corazón y el alma en cada jugada, y que la motivación previa al encuentro surtió el efecto esperado por parte del timonel Envigadeño. Pero hay que remarcar que este es apenas un pequeño paso en la lucha del Envigado por safar el fantasma del descenso, la lucha ahora es cada fin de semana para cambiar la mentalidad de un equipo que a diferencia de un Huila, Chicó o Equidad, nunca ha podido desprenderse de la imágen de chico, impidiendo redondear las que, aunque pocas, han sido muy buenas campañas en el pasado.
Este problema de mentalidad ha afectado a todos los equipos a nivel nacional, basta poner ejemplos como los del Junior, que después de salir campeón hace poco menos de 3 meses, y con la misma nómina se encuentra en una crisis de resultados que nos lleva a pensar que juegan como el que ya cumplió el objetivo y no necesita nada para refrendarlo. También vemos a un Independiente Medellín, que cuenta con grandísimos jugadores, y con la extracción de Jackson, Bobadilla, y sobre todo de Leonél Álvarez, no ha logrado engranar de buena forma en este semestre la actitud ganadora que mostraba en temporadas pasadas, y que admirábamos, tanto los que seguían a este equipo, como los que al otro lado de la tribuna lo sufrimos en varios clásicos. Y ni que decir de Atlético Nacional, un equipo que redondeó un perfecto año 2007 y se llenó de burguesía en el plantel, de inconformismo hacia la dirigencia por evitar salidas al extranjero en malos negocios de algunos de los gestores del bicampeonato; y un conformismo que tiene a este equipo en una sequía, no tanto de títulos, sino de identidad y empatía con la hinchada.
Ahora vemos en nuestra selección Colombia a un Leonel Álvarez, ídolo del verdadero Hincha verde y de la fanaticada Roja, dando declaraciones que ciertas personas tildan de exageradas, al hablar de que Colombia debe ir comprando desde ya los tiquetes para Brasil 2014, y esto no puedo catalogarlo más que de la verdadera actitud que debe tener el jugador nacional si es que algún día queremos lograr algo a nivel futbolístico. ¿Acaso los Brasileros o los Argentinos no se sienten los mejores antes y durante los campeonatos que disputan?, ¿Acaso se ganó algo cuándo dijimos que no podíamos?. Leonel Álvarez, en mi concepto, fue la mejor decisión que la federación colombiana tomó para complementar la experiencia de Hernán Darío Gómez, por que además de conocedor de fútbol, le imprime al balompié su sello como motivador y como modificador de realidades como la del Medellín que encontró de último en la tabla y lo llevó de una vez al título más imponente de cualquier equipo, desde aquel conseguido por Nacional en el 2005.
Al igual que muchos Colombianos, de esos que no meten el regionalismo ni el ser hincha para opinar, yo quisiera ver al jugador de la selección Colombia con la actitud del Medellín de Leonel, un equipo que miraba en el buen sentido de la palabra, a los rivales por encima del hombro, no por considerarlos inferiores, sino por saberse superior, por creer ciegamente en el sistema al cual apostaban.Hoy enfrentando a México, espero, como millones de Colombianos, que se le siga apostando más al cambio de mentalidad, que a la táctica como estrategia para llegar al mundial de Brasil 2014. Esa es la apuesta que considero correcta.
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